martes, 29 de mayo de 2012

Apareció

Recuerdo que ese día ella lloró durante todo  el tiempo que soñó, nunca le había pasado y ojalá que nunca le vuelva a pasar. 


Prometía ser un día normal pero a ella sus corazonadas ya no le engañaban, algo sucedería ese día, y así fue, algo sucedió. Otra vez, una vez más él apareció. Mago.
El mago apareció, siempre con llamadas, siempre de manera extraña, siempre sorpresivo. Siempre.
Ella, por tonta, contestó y sufrió una especie de mini catarsis de la cual no sabe si arrepentirse o enorgullecerse.  Pero, ¿qué podía hacer? Todos tienen un límite. Ella había rebasado el suyo alguna vez. Ahora, el mago llegaba al tope del de ella.
"Lo menos que puedo hacer por ahora es esperar una reacción de tu parte, lo sé" Sí, así tal cual se lo dijo, lo soltó sin mayor ajuste, sin mayor sutileza. Así, tal cual. Ya era hora, ¿no creen?


"Oye!, quedamos en algo, quedamos en que tú me ibas a esperar...yo sabía que ese día no debimos quedar en algo, sabía que algo así sucedería..." Ese "algo" debió ser su extraño ofrecimiento de la espera. Sí, ella, en algún momento de falsa pero hermosa felicidad, lo había dicho. Le había dicho que lo esperaría, lo que no calculó fue el dolor, o, las fuerzas. Más que nada, no calculó que él ya la había olvidado, por más que intentase demostrar lo contrario, la obviedad resaltaba en todo: en sus ojos, sus acciones, sus palabras. TODO.
Qué pena, no por ella, no por él. Por los dos.


"Sé que tienes que arreglar tu vida, pero no por eso tienes que arruinar la vida de los demás" Ella reconoce que eso fue un pequeño exceso, quizás, gigantesco. Es más, pudo ser esta la frase de la decisión que él tomaría al final (decisión que ella ya había tomado hace mucho pero solo recordaba cuando estaba completamente lúcida, y eso, últimamente no pasaba con frecuencia). ¿Arruinar?¿En serio le había arruinado la vida?¿No la había hecho la mujer más feliz alguna vez?¿No, en serio, no?
Arruinar algo es destruirlo, atrofearlo, malograrlo casi sin opción a reparo. Dejar algo en estado de desuso, de olvido. Sí, quizás por un tiempo, él la dejó así.

"¿Puedes escucharme? Dos minutos, por favor, ¿puedes?" Ella no iba a hablar, lo dejaría hablar. Ella solo...no podía dejar de ahogarse con sus lágrimas, su llanto incontrolable. Llorando en la banca de un parque, coincidencia, del primer parque.


"Sé que todo empezó desde la vez que nos vimos...quizás no debimos vernos" Quizás la próxima vez se te ocurra pensar en eso antes de pedir verme, ¿no crees? Perdón, verla. No verme, Si no, VERLA. 
Y no, ella no lo cree así, y se lo dijo. Le dijo que no era cierto, se lo dijo casi gritando, pero no quería gritar. Ella se ahogaba, ¿entienden? Ahogada estaba en su llanto, en su desesperación, en sus desentendimiento, en su frustración.

Y ella colgó, no podía más. ¿Qué más podía soportar? A veces ella también quería sentirse de cristal, como siempre lo fue él. Un cristal. 








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