jueves, 17 de agosto de 2017

Ya perdí la cuenta de las veces que he escrito aquí para despedirme, incluso prefiero no contarlas. Es difícil decir adiós a alguien que me ha acompañado casi la mitad de mi vida, aunque no hayamos vivido tantas aventuras como seguramente ahora las vives, creo que simplemente fue diferente.
Hoy escribo para honrar mi pasado, pero siendo honesta conmigo como nunca antes lo fui. Es cierto que creo que es necesario vivir los procesos, cada paso, y finalmente reconciliarte con tu pasado, de alguna forma, re constuir... pero, creo que en este intento de integrar todo lo que ha sucedido entre nosotros, me he quedado sola. Sin ti.
No te culpo por estar tan presente en mi vida, como en los últimos diez años, soy yo quien aún no maneja bien los cierres, e invierte muchos minutos y muchas sesiones, hablando de eso. Sin embargo, creo que bloquear y negar completamente a la persona que en algún momento sentiste que amabas, tampoco es la mejor solución.
Entonces, esta es mi pregunta, ¿qué fue aquello que hice que te dañó tanto como para expulsarme de tu vida por completo?

Quiero una respuesta pero no sé si pueda esperar mucho tiempo más sintiéndome tan tóxica como me siento ahora. Aunque sea solo por momentos. Estoy bien, realmente me siento mejor estos últimos años, pero no puedo evitar estos momentos en los que regresas, en los que quisiera hablar contigo solo como dos personas que en algún momento se quisieron lo suficiente como para creer que estarían ahí sin importar qué suceda.
Creo que aún a veces recuerdo a esa persona y olvido que, probablemente, esa persona ya no eres tú.

martes, 8 de agosto de 2017

A veces me pregunto si tú también me extrañas.
¿Me extrañas?