martes, 27 de noviembre de 2012

Es como si nunca hubiera un final. Es como si el túnel estuviera anexado a otro y a otro, y,a otro...
Es como ver el tiempo dentro de un reloj de arena, como si cada grano contara, como si cada segundo importara. Es como si viviéramos muy cerca, tan cerca que podría llegar a tu casa con un sol, y volver con otro. Es como si hubiera pasado más de un siglo, en días. Pero un siglo al fin y al cabo. Es como si fuéramos distantes y solo te pudiera atrapar en sueños. Es como si estuviera describiendo lo que ahora hago. Es, quizás, como si estuviera sensible y simplemente te estuviera evocando, una vez más. Es como si te extrañara, como si extrañara hablar contigo. Es como si quisiera saber de ti, incluso de tus problemas. Es como si te imaginara. Cuando te imagino solo, cuando te imagino con alguien más, o, cuando te imagino con ella, la que no me cae, la que hace que sienta repulsión por algún ser humano en la Tierra. Ella, o esa, como yo la llamo. No sería tan cruda al expresarme de esa ella, si no fuera porque estuvo desde siempre ...ahí, escondida, al acecho. Nunca me di cuenta, nunca le di importancia. En fin, en algún momento tenía que escribir sobre esa ella. No es bonito sentir algo tan feo por alguien. No lo es.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Aún, solo aún


I've been waiting here...

Fue una dulce sensación de estrés, era más aliviante- aunque no exista esa palabra- querer llorar de estrés, que de pena. Era casi un gozo tomar el mismo bus ya incontadas veces y dar ese viaje de una hora, cuarenta minutos cuando el tráfico estaba optimista. Fue horrible ver fechas, vuelos disponibles, escalas infinitas, todo eso, realmente, fue horrible. Entonces, ¿no fue bonito el estrés? ¿no dices que fue un alivio? Lo fue, lo es y, lo mejor de todo, lo será. Ya no hay marcha atrás. Fue Martes 13 y a mí todo me salió bien, lucky me. Ya solo falta que pasen los días, que meta ropa en una maleta, y un par de "adioses" que nunca están demás. Fuera de eso, o dentro de todo, solo 'eso' falta. 

Aún espero que vengas, no para volver, solo para hablar.
Aún sueño contigo, aunque cada vez es menos seguido.
Aún camino a la universidad con la certeza de que veré ese árbol que no sé si tú tallaste, pero tiene nuestras iniciales. 
Aún despierto con una extraña sensación de no saber si te extraño o si solo extraño los momentos en los que te extrañaba tanto.
Aún monto bicicleta y camino por el parque, por los parques.
Aún voy por la ciclovía, pero sin bicicleta. Solo voy y camino frente a tu edificio, me quedo un rato, luego me voy. Lo sé, eso no suena bien. 
Aún, a veces, leo el libro lleno de canciones. Mi inglés ha mejorado, creo que el tuyo ha empeorado.
Aún tengo esas velas aromáticas tan bonitas y tan fresas. Me falta encender algunas, lo haré cuando quiera verte, o sentirte. 
Aún tengo las escasas fotos que tenemos juntos, aunque no las veo, las dejé en otra casa, un poco lejana.
Aún recuerdo el último encuentro, cuando casi hacemos el amor. O cuando el amor nos quería hacer. No pasó, fue mejor. 
Aún, a veces, muy de vez en cuando, y últimamente, casi nunca,  se apoderan de mí esas locas fuertes ganas de saber la verdad. No son locas, ¿por qué querer saber la verdad sería algo loco? No, no lo es.
Aún escucho tu voz cuando estoy en medio de la multitud y me parece oír que me llamas. O, quisiera creer que lo haces. 
Aún te confundo cuando veo a alguien con el cabello parecido, con la talla aproximada o con la contextura igual de delgada que la tuya. 
Aún me pregunto sobre los 'por qué' y evito los 'hubiera'.
Aún veo al viejito que me ayudó cuando tuvimos la última conversación. Él no me reconoce, yo sí. 
Aún quisiera tener el mensaje de voz que, ya hace más de cien días, me fusiló. Las compañías eliminan todo, y estoy segura que no saben el valor de lo que eliminan. 
Aún uso algo de los tantos regalos que me diste. La uso a diario, sin agregarle valor emocional, por que, a estas épocas, ya no lo hay. 
Aún veo el perfil de tus personas más cercanas esperando encontrar noticias tuyas. Poco a poco lo hago menos, pero, lo hago. 
Aún leo historias de amor, me emociono, pero es distinto. Diferente. Como todo desde Mayo.
Aún siento ese desagrado de tu ignorancia. No entiendo cómo a veces se te va lo cortés y se te viene todo lo cobarde. 
Aún, ahora, me doy cuenta de que no es el final, pero estoy cerca. 
Aún, muy casualmente, fantaseo con la idea de verte en la puerta del departamento. Todo tan cursi como lo era yo antes; con flores, bien perfumado, con ganas de amarme, de hacerme sentir amada. 
Aún en esos momentos, soy consciente de la realidad y así termina toda imaginación. Le pongo stop, como debe ser.
Aún- y esto es siempre- cuando escribo aquí me pregunto si ya te habrás paseado por el blog, si habrás leído alguna de las tantas entradas que he escrito sin razón, o con mucha razón, o sinrazón.

Los nervios se apoderan por momentos. La calma desaparece, se esfuma, o se hace humo. Y el humo se vuelve igual de denso y asqueroso como el del cigarro. Tan asfixiante como cuando eres fumador pasivo. Tan repugnante como cuando alguien te lanza el humo, y, luego, se ríe.


domingo, 4 de noviembre de 2012

"Time to tell me the true..."

En algún momento, pensé, quizás, pudo haber sido el momento perfecto para decirme la verdad, ¿por qué no? 
En algún momento de todo el caos, en algún momento mientras todo era paz. Tiempos de amor, tiempos de desamor. Un poco de verdad, para mí, no cae mal. Quizás pueda hacerme sentir mal, pero, si quizás hubieras entendido que era mejor ser sincero, te lo digo yo, todo, absolutamente todo, hubiera sido mejor. 
¿También mentí? Sí. 
Quisiera dejar de escribir mencionándote aquí, quisiera poder despertar y no tenerte en la mente, o como el recuerdo más fresco de mis sueños. Quisiera, al fin, poder vivir un día entero sin que tú estés presente, sin que yo te haga presente. 
Hay una pequeña línea entre tantos sentimientos opuestos. Ya crucé todas, ya crucé varias. 

Y, a veces, pierdo todo sentido común, se desvanece el tiempo, desaparecen los meses que ya pasaron, y te veo aquí, en el sofá, o tomados de la mano, vamos a rezar, aunque cada vez me esté volviendo menos creyente. Cada vez, mucho más. 

jueves, 1 de noviembre de 2012

Creo

Hoy leí lo que escribí debajo del nombre del blog, hace ya algunos buenos meses. Y uso 'buenos' como connotación a la cantidad, no tanto a la cualidad. Aunque, si de esta última se tratara, no diría que se escapa del todo. No ha sido el mejor año, pero los últimos meses, han sido, sin duda alguna. los mejores de lo que va el dos mil doce.

"Un poquito de lectura, un poquito de relajo, un poquito de todo (: " 

Creo que en lo que va de lo que he escrito, les he dado de todo, menos de lo que había prometido. (Si se toma como promesa lo que se escribe al iniciar un blog, quizás si, ¿no? )
Creo, más bien, que les he dado mucho de alguien, incluso, poco de mí. Y, ¿saben algo? De quien les he dado mucho, ni siquiera sabe que he escrito tanto de él. O, como lo fue en algún momento, de ...' nosotros'. Sí, es extraño escribir un "nosotros", incluso cuando lo escribo entre comillas. Sería mejor algo así como "él y yo", pero, el conector hace que sienta la misma rareza por dentro. 
Creo -creo mucho, ¿no?- que no debí escribir tanto sobre él, o lo que pasó. Pero, al mismo tiempo, sé que si no lo hubiera hecho, ahora estaría escribiendo todo lo contrario. Un "creo que debí haber escrito lo que pasó". Y, ahora que leo lo que escribo, creo - sí, definitivamente, creo mucho- que fue mejor haber escrito. No suelo recordar solo lo malo, y tampoco es que solo haya escrito momentos malos. Sin embargo, leerme es como recordar, y recordarlo. Recordarnos, y eso sí lo puedo escribir sin comillas, porque es un verbo que está en pasado. Eso es lo que necesitaba, entender, de una vez por todas, que hay personas momentos, recuerdos, sucesos, tristezas, desencuentros, tropiezos, dudas, aciertos, mentiras, verdades...que se juntarán para ser parte de eso, del pasado. Tu pasado. Mi pasado. Y, sí, también, nuestro pasado. 


"Y cuando ya no me recuerdes, pasará alguna de todas, con mi perfume, quizás me recuerdes, pero, ahora sí, ojalá ya no me desees"