domingo, 11 de marzo de 2012

2012

Este año lo esperé con esa máxima excitación de cuando uno espera lo que cree será su salvación, o lo mejor que le puede pasar en la vida. Al menos en ese momento. Pero como casi siempre me sucede cuando espero o recibo algo con tanta alegría, no funcionó. Al menos no hasta ahora. No como quisiera que funcionara. Esa noche del 31 dije tantas veces, a tantas personas, que todo les iría bien que quizás olvidé decírmelo a mí, o no me lo dije lo suficiente como para que suceda. Sí, quizás fue eso lo que pasó. No espero los milagros que suelen suceder en Octubre-bueno, para mí eso era antes- o algo realmente fantástico que cambie mi vida cual cuento de hadas. A quién engaño, puede que ese sea el problema, aún hay alguna parte de mi ser que cree en eso, en los cuentos rosa. Aún. Una extraña sensación de sentir que en mi vida ocurrirá algo realmente fascinante que cambiará mi vida. ¿Es tan malo creer en eso? No lo creo. Eso espero. Supongo que sí, este año ya pasó esa extraordinaria cosa que esperaba, pero sin ser tan extraordinaria. No para ser feliz al instante, si no...para ver la realidad de la que no soy consciente hace más de un par de años, más tres. Fue el momento en el que, siendo noche de verano, sentí el invierno en el alma y el otoño en el corazón. Y ahora, como digno ser humano, espero la primavera. Y , ¿saben qué es lo peor?¿O mejor? Que aún así sigo en la espera de que algo extraordinariamente bueno me pase, aún así.
Hace poco se me ocurrió un ejemplo algo extraño pero que tal vez ya existe, o algunos también ya lo han pensado. Todos somos como un punto en la Tierra, solo que muchos no nos damos cuenta de eso porque nunca antes nos hemos sentido como eso, como un punto. Ser tratado de manera única y especial por solo otro punto te hace sentir como algo más que un punto, ya no eres un punto nunca más, o nunca lo fuiste. Sin embargo, cuando te sientes como eso, como un punto, por primera vez en tu vida, sin intención de dramatizar, es horrible. Y a eso se le llama ser normal. El miedo a ser normal y ya no especial. Aunque luego te darás cuenta que la vida no es tan cruel y te sentirá especial de todos modos, pero para eso necesitas tiempo. Tiempo y buen humor.

"Yo aún necesito tiempo y el buen humor a veces escasea, solo a veces."

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