jueves, 4 de febrero de 2016

Fin.



Te escribo desde aquí, aunque no es directamente para ti pero, si tuviera que ponerle un destinatario a esta entrada, serías tú, por última vez. Te escribo desde aquí por más de un motivo. Porque nunca acepté hablar contigo cuando llamaste, porque no contesté tus mensajes y tampoco tus llamadas posteriores, porque aún no leo tu correo y no sé cuándo lo haga. Sobretodo, te escribo desde aquí porque no tengo necesidad de escribirte algo de manera tan personal, porque uso este blog como mi trinchera personal, como mi guarida, donde puedo escribirlo que quiero sin pensar en cuánto te podría afectar leer mis líneas. Escribo por mí, como terapia, como método efectivo de hacer catarsis sin la necesidad de ir y gritar todo lo que siento en tu cara, sin ir y darte una bofetada. Escribo para despedirme de alguien a quien yo creí amar, de alguien que sería parte de mi vida por siempre pero, desde ya, dejó de serlo.

No hay derecho alguno para obligarme a saber cosas que no quiero, no hay explicaciones que me debas dar porque esas, se piden, y yo a ti no te he vuelto a pedir algo, espero nunca más tener que hacerlo. No hay derecho de usar vías fáciles para seguir demostrando lo cobarde que eras, eres y serás. El machista conservador que vive disfrazado de un hombre tolerante. El hijitodemami que fue educado bajo la consigna de gozar de todos los privilegios que su hermana no goza, solo por ser varón y de poder tratar a las personas como objetos. El estudiante sobresaliente que se jacta de ser humilde con los demás pero que, en realidad, es un maldito arrogante. El tipo que repite patrones, que imita a su hermano mayor en todo y ha crecido engañado, creyendo que tiene una personalidad fuerte y definida cuando, en realidad, lo único que tiene son muchas reservas de imitaciones. No tienes derecho de seguir apareciendo en mi vida solo para encontrar paz en la tuya, no más. Ojalá, algún día puedas observarte y ver en lo que te has convertido, en alguien que vive pidiendo disculpas para calmar su alma y encontrar paz.

Te conozco tanto, que sin haber leído tu carta ya imagino qué dice. Seguramente empiezas explicando o preguntando porqué no contesté- seguro no te sorprendió- y probablemente continúas con tu clásica pedida de disculpas, desde lo más profundo de tu alma o lo que sea que tengas ahí dentro. El resto, estoy más que segura, está medianamente enfocado en tu nueva relación. No necesito saber, no necesito entender; las noches y días y madrugadas que he vivido rompiéndome la cabeza para poder entender al menos un poco cómo es que encontraste a alguien tan rápido y te enamoraste de esa forma, ya pasaron. Mi conclusión: jamás lo entenderé porque no necesito hacerlo. Si tu aniversario coincide tanto con las fechas en las que aún me pedías regresar, si nuestra última charla fue cuando ya habías empezado tu relación, si las fotos y todas las publicaciones se dieron tan de prisa que provocaron preguntas en más de una persona que aprendí a enfrentar poco a poco; ya no importa. Ya nada de eso importa. Eres lo que eres, mi ex. Nuestro concepto del amor nunca calzó, nunca compatibilizó y cada uno decidió vivir la relación a su manera, por eso no funcionamos. Eres una buena persona pero me alegra haberme dado cuenta de que esto ya no daba para más, me alegra haber sido yo quien dio el ultimatum, me alegra haber entendido en estos meses que han transcurrido que el amor es algo hermoso y que alguien más-ojalá- me amará muchísimo mas de lo que tú creías amarme y así terminaré de enterrar tu estúpida premisa de que nadie me va a querer como tú. El amor no tiene límites, ¿o sí?

Ojalá tu carta no contenga tu clásica frase de "daría mi vida por ti" o como fuere que sea la frase. Seguro escribes cosas amigables pero en la siguiente oración aclaras que no deseas nada, porque así eres tú. Eres de las personas que esconde la mano para que nadie se entere quién fue, quién lo hizo. Te deseo vida, solo vida. Una vida que sea completa y justa contigo, es decir, que te presente en el camino todo lo que deba presentarte. Que el karma se encargue.

De mi parte, esto terminó en septiembre, aunque, aguarda, tu relación empezó a inicios de septiembre, ¿no? Y nosotros hablamos despues, MALDITOHIJODEPUTA.
Siempre tan cobarde y mentiroso.
Adiós.

No hay comentarios:

Publicar un comentario