domingo, 7 de diciembre de 2014

Alguna vez leí que quien quiere ser escritor debe repetirse eso hasta que se lo crea. El primer paso, incluso antes de la voluntad, es creer que eres uno o estás en camino a serlo, sino, no funcionará. Si vas por la calle y dices que eres escritor o que anhelas serlo, escucharás más risas que comentarios y sentirás más miradas de suspicacia e incredulidad que de apoyo o de comprensión. Todo eso deja de importar cuando empiezas a creer en lo que dices, cuando sabes con firmeza que no estás contando un chiste y que algún día eso sucederá. Claro, luego viene todo el verdadero trabajo, escribir hasta lograr algo que sea digerible y decente y que los demás puedan leer hasta el final sin detenerse en el camino por encontrarlo muy aburrido o muy tonto. Ese es el verdadero trabajo pero cada uno elige su camino. Son momentos.
-"Siempre pones esa frase en tu muro cada cierto tiempo. Me gusta.
-Sí, no puedo evitarlo, esta vez fue por recordar al verme en un video y no paré de reír."


Lo más bonito de esos extraños que se convirtieron en buenos amigos fue, sin duda, su contención.
Un día como hoy, hace dos años, escapé para no enloquecer y, sin duda alguna, fue lo mejor que pude hacer.
"Si dentro de seis años no te has enamorado y yo tampoco, nos vamos a casar"
Ya pasaron dos y cada uno de ellos encontró el amor.
"Sabemos que esto no es amor pero es lo más parecido a eso y si queda aquí, va a ser mejor"
Larga vida a esas personas que debes conocer solo por un momento de tu vida pero son momentos tan importantes que por eso se vuelven especiales.