martes, 21 de febrero de 2017

Sueños

Te he soñado, te he soñado varias veces en este último año. En algún momento te lo quería contar y quizás solo lo dejaré aquí porque cada día creo que el momento de juntarnos para conversar, se hace más lejano. Quizás, como me dijo mi terapeuta, ya no sea algo que tú necesitas y quizás eso también me incomoda o me enoja. Aún tengo días en los que quisiera hablar contigo, en los que quisiera recibir un mail tuyo en respuesta al mío pero luego me siento más tranquila. Sé que demoré en responder, sé que, para el tiempo en el que recibiste mi mail, lo más probable es que tú ya hubieras cerrado el círculo/ el libro/ tu proceso...y que ya no necesitaras, o necesites, hablar conmigo para poder ser dos personas que se quisieron mucho y que pueden llevarse bien. Ahora soy yo quien lo necesita, o necesitaba, pero me tomé el tiempo necesario para sentir que ya podía hablar contigo sin que eso signifique terminar, una vez más, confundida, triste y quebrada. 
Cuando entendí eso, cuando empecé a reconocer mis emociones y a perdonarme para luego poder perdonarte; comprendí, con ayuda de mi terapeuta, que me molestó y me dañó mucho no sentirme cuidada. Me sentí engañada de alguna forma y también me sentí completamente vulnerable por haber sido sincera en cada palabra que te dije la última vez que nos vimos...y luego saber que tú me mentiste, me dolió, me sentí expuesta y frágil y sentí que no me cuidaste. 
Tú me rompiste.
No rompiste mi corazón ni mis ilusiones de tener una vida entera junto a mi primer amor. No rompiste mis ganas de enamorarme y vivir mil aventuras y querer con ganas y sin miedo, porque, al final, ya sé que de amor no se muere. Tu me rompiste. Imagíname como un gran pedazo de vidrio, o de cristal, e imagina que alguien o algo choca fuertemente contra ese pedazo y este pedazo estalla en mil pedacitos. Así quedé yo. Tú me rompiste y fueron tantos los pedazos que demoré en poder unirlos y aún me encuentro en ese proceso. 

Te he soñado y en cada sueño también he soñado a tu novia. Lo más increíble- y saludable para mí- es que no la odio y tampoco siento algo malo hacia ella; al contrario, incluso de alguna forma, siento que ella fue como esa barrera necesaria para no volver a recaer en nuestras típicas ideas y venidas. Con esto, no quiero decir que tú no la quieras en serio y que no hayas elegido iniciar algo con ella, sin otro deseo que no sea el de volver a amar. 
Te he soñado por días seguidos y casi toda la noche. Han habido sueños que me han dejado una sensación de tristeza y nostalgia que han durado varias horas durante el día. Una noche soñé que estabas muerto y yo consolaba a tu madre y muchas personas me consolaban, también. Esa noche, en mis sueños, seguíamos en la situación en la que estamos, sin hablarnos por mucho tiempo, sin saber unx del otrx, sin habernos dado la oportunidad de poder ser dos personas que se quisieron y que ahora, al menos, son capaces de saludarse. En ese sueño, aún sentí cariño por ti; cariño de pareja. No imaginas cuántas veces quise saber de ti ese día, saber que estabas bien, pedirte que te cuides...pero también sabía, de alguna forma, que estabas bien y empezaba a dudar de si mis ganas de pedirte que te cuidaras no eran solamente mis ganas de saber de ti, disfrazadas desde otra preocupación. Así que preferí no escribirte, no intentar hablar contigo. 
En otro sueño, tú me buscabas, como pareja. Me buscabas, me abrazabas, intentabas besarme y permanecíamos juntxs por mucho tiempo...pero luego recordabas que tenías novia y yo te decía que no me buscaras, que estabas en una relación. En mi sueño, sentíamos deseo, manteníamos ese estado de tensión antes de los besos, durante mucho tiempo y luego, desperté. Recuerdo que ese día desperté recordando corporalmente, las sensaciones que me provocabas cuando estábamos juntos...qué increíble es la mente y el cuerpo, cuando están conectados de una manera tan íntima que nos permiten revivir sensaciones que nos hace estremecer por completo. Ese día no me asusté ni me reproché por haber soñado contigo o por haber sentido todo lo que sentí, solo respiré, respiré muchas veces y medité un poco. Aclaré mi mente y me perdoné un poco más y me abracé. 
Últimamente, he soñado contigo varias noches seguidas, he despertado pensando en ti e incluso alguna vez vi si ya estaba desbloqueada (también hay todo un simbolismo detrás de bloquear a alguien pero realmente prefiero no pensar en eso y quizás tú tampoco quieras). Aunque no recuerdo los sueños, recuerdo haberte visto con ella. De alguna forma, no haber omitido tu relación en mis sueños, me daba calma al despertar; siempre, desde que ya no estamos, te he soñado con ella. Quizás soy tan rígida en algunas cosas que no me permito olvidar ciertas cosas ni en sueños pero está bien, es parte de mi proceso y de cómo soy. 

En los últimos días, he dejado de soñarte y de sentir con tanta intensidad todo lo que sentía. Creo que los sueños que he tenido han sido de despedida. Quizás por eso me atrevo a escribir de esto, porque, de alguna forma en todo este año y un poco más que ha pasado, siento por primera vez que, desde el fondo de mi alma, te estoy diciendo adiós y eso, creo que es necesario escribirlo.
Te estoy diciendo adiós de diferentes formas y quizás esta sea de las últimas entradas del blog porque, en algún momento, dejar este blog e iniciar otro, será un paso más para despedirme por completo. Por fin siento calma, me siento tranquila estando conmigo y me siento mejor por saber que, a pesar de tomarme todos estos meses, estoy siendo capaz de despedirme de alguien que significó tanto para mí; como tú.